Un milagro que se extiende a todas las generaciones

Un milagro que se extiende a todas las generaciones

 

Janucá – La Fiesta de los Milagros

 

Januca, la fiesta de las Luces, comienza el día 25 del mes judío de Kislev, y dura ocho días. En el calendario gregoriano, generalmente cae en diciembre.

 

Nombres

Tres nombres son dados para identificar esta fiesta.

 

a) Fiesta del Descanso.

La palabra hebrea Januká puede ser entendida como n’^-unn (Janú- ká)ignificando entonces, literalmente, “descansaron el 25″, una referencia histórica al descanso de la Guerra el 25 del mes de Kislev.

 

b)  Dedicación

Debido al hecho de que inmediatamente que los Greco-sirios fueron derrocados los macabeos, héroes de aquel momento, decidieron “limpiar y consagrar» el Templo, Janucá se conoce también como “dedicación». Este es el nombre que encontramos en el Código Real (Yójanán 10:20-23).

 

c) Fiesta de las Luces

Y como se encienden ocho luces, Janucá (Januká) se conoce además como el festival de las Luces, en memoria de la Casa de Hillel que determinó la costumbre del encendido de las luces, esto es, una a una y de izquierda a derecha. En este sentido, algunos sabios ven en el término hebreo nsinn, un acrónimo para establecer que, en efecto, la Halajah (la ley) rige según la Casa de Hillel.

 

¿Qué pasó realmente?

En el año 175, antes del nacimiento de Yeshua, los Greco-sirios invadieron Juda y tiempo después, dominaron la pequeña nación judía. Desde entonces, el régimen sirio-griego de Antíoco pretendió alejar a los judíos del judaismo, con la esperanza de asimilarlos a la cultura griega. Antíoco declaró ilegal la observancia del judaismo en al menos las siguientes areas:

  1. Prohibición del Shabat.
  2. Prohibición del estudio de la Toráh.
  3. Prohibición del Brit Miláh
  4. Prohibición de Rosh Jódesh.

El que fuera sorprendido en cualesquiera de esas actividades, sería castigado con pena de muerte. Muchos judíos – llamados helenistas – comenzaron a asimilarse a la cultura griega, tomando nombres griegos y casándose con no judíos. Esto comenzó a deteriorar la base de la vida judía y la práctica del judaísmo.

Cuando los griegos desafiaron a los judíos y les ordenaron sacrificar un cerdo al dios Zeus, (165) unos pocos judíos valientes tomaron las colinas de Judea en una flagrante revuelta en contra de esta amenaza a la fe judía. Liderados por el sumo sacerdote Matityahu, y luego por su hijo Yehuda el Macabeo, este pequeño ejército mal entrenado y sin equipo militar competemente, pero con un enorme corazón, desató un conflicto armado en contra del ejército sirio-griego, siguiendo la táctica que hoy día se conoce como “guerra de guerrillas”.

Antíoco envió miles de tropas bien armadas para aplastar la rebelión, pero después de tres años, los Macabeos tuvieron un éxito milagroso en contra de todos los pronósticos, y echaron de su tierra a los extranjeros (163 a.e.c).

Para ponerlo en perspectiva, es como si hoy día todos los ejercitos de Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Alemania, Rusia, China, todos los países árabes y el resto de los países de las Naciones Unidas, lanzaran un ataque masivo contra Israel y fueran derrotados entre 2017-2023.

El milagro tuvo lugar cuando los pocos vencieron a los muchos y esto trajo una gran santificación del Nombre de Di-os por todo Israel y el mundo conocido.

Los guerreros judíos entraron a Jerusalem y encontraron el Templo Sagrado en ruinas y profanado con ídolos. Los Macabeos lo limpiaron, y lo re-dedicaron el 25 de Kislev. Pero cuando llegó el momento de re­encender la Menorá, revisaron todo el Templo, y sólo encontraron una vasija de aceite puro que llevaba el sello del Sumo Sacerdote, indicando así que estaba intacto y puro. ¿Qué hacer? Habia aceite solamente para un día de luz en la Menoráh (Lámpara sagrada).

De todas formas encendieron la Menorá, y fueron recompensados con un milagro: Esa pequeña vasija de aceite ardió por ocho días, el tiempo necesario para producir un nuevo suministro de aceite.

A partir de entonces, los jueces de Israel determinaron la santificación de estos Milagros, en una festividad que dure ocho días, en honor a esta victoria histórica y al milagro del aceite.

Con la mira de engrandecer el mandamiento y hacer notorias las poderosas obras de Di-os en los milagros de Januca, durante los ocho días se añaden al rezo de Shajarit las alabanzas especiales de Hale!, y en las noches se enciende la janukiá, un menorah de 8 brazos, indicando así los 8 días de Milagros que tuvieron lugar.

 

Encendido de la Janukiá

La costumbre en nuestra Alianza es que encendemos una Janukiá por familia y la colocamos al lado opuesto de la mezuzá, y tantas otras como sea posible para anunciar el milagro desde las ventanas o el patio de las casas, o aun desde las azoteas. Pero una por familia es lo principal. Y con la mira de publicar qué noche de Januca es exactamente, todas las velas de la janukiá deben estar a la misma altura – y preferiblemente en línea recta. Si no es así, las velas podrían no ser distinguidas con facilidad, dando la impresión de ser una gran antorcha.

Además de las ocho velas principales, la janukiá tiene una vela auxiliar llamada “shamash”. Como tenemos prohibido utilizar las velas de Januca para cualquier otro propósito que no sea el “verlas”, cualquier beneficio que pudiéramos obtener de su luz se considera que proviene del shamash.

Como el shamash no cuenta como una de las ocho velas regulares, tu janukiá debe tener el shamash separado de algún modo – ubicado más alto que las otras velas o fuera de la línea recta. De esta forma te será fácil distinguir entre el shamash y el resto de las velas que se corresponden con los ocho dias del festival de las luces (otro nombre para Janucá).

 

¿Cómo deben ser las velas que usemos?

Lo ideal es que sean de aceite, y además, tus velas deben arder por al menos 30 minutos después de que oscurezca. En muchos lugares se pueden conseguir velas de colores que tienen más larga duración.

Sin embargo, es preferible utilizar aceite de oliva, porque el milagro de los Macabeos ocurrió con aceite de oliva. Se pueden poner vasos de vidrio con aceite en los soportes de las velas de cualquier janukiá común. En algunos lugares hasta se pueden conseguir juegos de vasos descartables con el aceite dentro, ya medido.

 

¿En qué lugar de la casa ponemos la janukiá?

Para hacer público el milagro de la mejor manera, lo ideal es encender la janukiá del lado de afuera del portal de entrada de tu casa, teniendo siempre colocarla del lado izquierdo cuando se entra (la mezuzá está del lado derecho, de este modo estás “rodeado de mitzvot” con su importante simbolismo que verás al final). Si esto no es práctico, la janukiá debe ser encendida en una ventana que mire hacia la vía pública.

Quienes viven en un piso superior deben encender contra una ventana. Si, por alguna razón, la janukiá no puede ser encendida cerca de una ventana, debe ser encendida dentro de la casa sobre una mesa, esto al menos cumple la mitzvá de “publicar el milagro” para los miembros de la familia.

Como la mitzvá se cumple precisamente en el momento del encendido, si uno mueve la janukiá a un lugar más apropiado después de encenderla, entonces,no cumple con la mitzvá.

 

¿Cuándo Encender?

Preferiblemente, la janukiá debe ser encendida en el momento del anochecer. Sin embargo, es mejor esperar a que todos los miembros de la familia estén presentes. Esto aporta un ambiente de mayoría familiar y también maximiza la mitzvá de “publicar el milagro”. La janukiá puede ser encendida (con las bendiciones) tarde en la noche, siempre que haya personas despiertas.

 

¿Qué tiempo mínimo debe estar encendida la Janukia?

La janukiá debe permanecer encendida por lo menos 30 minutos después del anochecer, y durante dicho tiempo no se puede obtener beneficio de su luz.

En la tarde del viernes, la janukiá debe ser encendida 18 minutos antes de la puesta del sol. Y como la janukiá tiene que arder durante 30 minutos en la noche, las velas que se utilizan el viernes necesitan ser más grandes que las “velas de colores” normales (que por lo general no arden más de media hora). Recuerda, encendemos la janukiá primero que las velas del Shabat, para cuidarnos de no encender fuego en Shabat, que es una prohibición de la Toráh. Y luego que concluye el Shabat, encendemos entonces la Janukiá correspondiende a ese día.

 

¿Cómo Encender?

La primera noche, coloca una vela en el extremo derecho, mirando de frente a la janukiá. Esto se aplica ya sea que la janukiá esté al lado de una puerta o frente a una ventana.

Otra vela es colocada como shamash (vela auxiliar más alta) que es utilizada para encender las otras. El shamash no cuenta como una de las velas.

Primero enciende el shamash, luego recita las bendiciones, y luego utiliza el shamash para encender la vela de Janucá.

En la segunda noche, coloca dos velas en el extremo derecho – y utiliza el shamash para encender primero la que está más a la izquierda.

En la tercera noche, coloca tres velas en el extremo derecho – y utiliza el shamash para encender en orden, siempre de izquierda a derecha.

Sigue este mismo procedimiento cada noche de Januca… hasta concluir la octava noche. Después de pasar los primeros 30 minutos de reflexión sobre el significado de Janucá, se pueden dar regalos a los niños y participar de alguna cena festiva por la ocasión.

 

Las Bendiciones

Las primeras dos bendiciones se recitan con el shamash ya encendido, inmediatamente antes de encender las velas de Januca.

Bendición #1


“Baruj ata Ado-nai Elo-henu melej ha-olam, Asher kid-shanu be-mitzvo- sav, Ve-tzi-vanu le-had-lik ner shel Janucá”.

“Bendito eres Tú, Hashem, Dios nuestro, Rey del universo, que nos ha santificado con Sus preceptos y nos ha ordenado encender la vela de Janucá”

Bendición #2

»Baruj ata Ado-nai Elo-henu melej ha-olam, She-asa ni-sim la-avo-tenu, Baia-mim ha-hem baz-man ha-zé».

“Bendito eres Tú, Hashem, Dios nuestro, Rey del universo, que realizó milagros para nuestros antepasados, en aquellos días en esta época”.

Bendición #3 Esta bendición se dice sólo la primera noche.

 

“Baruj ata Ado-noi Elo-heinu melej ha-olam, She-he-je-ianu ve-ki-imanu Ve-hi-gi-ianu laz-man ha-zé».

“Bendito eres Tú, Hashem, Dios nuestro, Rey del universo, que nos ha mantenido con vida, nos sostuvo y no ha permitido llegar a esta ocasión».

Luego decimos:

“Estas velas encendemos por los milagros, las maravillas, las salvaciones y las batallas que realizaste para nuestros antepasados en aquellos días en esta época, a través de Tus santos sacerdotes. Durante los ocho días de Janucá, estas velas son sagradas y no estamos autorizados para darles uso corriente, sino para contemplarlas y así poder expresar agradecimiento y alabanzas a Tu gran Nombre por Tus milagros, Tus maravillas y Tus salvaciones».

 

¿Cuál es el origen del sevivón (dreidel)?

En tiempos de persecución, cuando el estudio de Torá estaba prohibido, los niños judíos la estudiaban bajo mucha presión. Cuando los soldados investigaban, los niños sacaban un Sevivón y simulaban estar jugando.

Las letras en el Sevivón son nun, guimel, hei, shin – las iniciales de Nes Gadol Haiá Sham – “Un Gran Milagro Ocurrió Allí” (en Israel, la última letra es una pei- “Aquí”). Una forma de jugar con el Sevivón es ver quién puede mantener girando el suyo por más tiempo. O, como alternativa, ver cuántos Sevivón puedes hacer girar simultáneamente.

Otra versión del Sevivón es donde los jugadores utilizan monedas, nueces, pasas de uva o monedas de chocolate como fichas. Cada jugador pone una parte igual en el “pozo”. El primer jugador hace girar el Sevivón. Cuando el Sevivón se detiene, la letra que está arriba define:

  • Nun – no ocurre nada, el jugador siguiente gira el Sevivón.
  • Guimel – quien hizo girar el Sevivón se lleva el pozo.
  • Hei – quien hizo girar el Sevivón se lleva medio pozo.
  • Shin – quien hizo girar el Sevivón agrega al pozo la misma cantidad que hay de monedas. ¡Mazal Tov !

Nunca olvidar:

En Januca añadimos “Al Hanisim” – un párrafo que describe el milagro de Januca – en el rezo de la Amidá y en la Bendición Después de las Comidas.

 

Janucá y nuestro Ribi

Nuestro Santo Maestro, el Maestro de justicia de Israel y del mundo, Su majestad Yeshua HaMashiaj, en los días de su primera revelación a nuestro pueblo, santificó esta fiesta de Janucá.

De hecho la usó como alusión a los días previos a la revelación de Mashiaj ben David (Vea Yoj. 10:22; Matay 24:15ss) y teniendo en cuenta el tiempo de su nacimiento (Sucot), si le restamos 40 semanas, deducimos que su corazón comenzó a latir por primera vez en el vientre de su madre, posiblemente para la fiesta de Janucá.

Todos los libros de la Toráh nos apuntan a Mashiaj, desde Moshé, hasta Isaías y David, los que encabezan la estructura del Tanaj.

La mayoría de las alusiones a Mashiaj la encontramos, sin duda, en el libro de Tehilim. David, que no fue profeta en el sentido propio del término (como tampoco lo fue Daniel), sí tuvo, no obstante, revelaciones proféticas únicas en su clase (como también Daniel).

Las memorias de nuestro pueblo afirman que David colocaba su pequeña arca junto a su ventana y en la noche, cuando el viento soplaba y tocaba sus delicadas cuerdas, pequeñas vibraciones de energía surgían que David usaba luego como inspiración para escribir sus Salmos.

Se conocen al menos diez tipos de sonidos proféticos que provenían de su arpa que él logró luego descifrar y usar para sus cantos.

Si unimos esas diez energías que salían del encuentro del aire nocturno con las cuerdas de su arpa con las diez declaraciones divinas que encontramos en Génesis 1 y de donde surge el concepto de las Diez Sefirot o canales de revelación del poder, el dominio y la autoridad del Eterno en relación con Su creación.

La octava de ella debió estar presente para el tiempo cuando nuestro Santo Maestro fue concebido milagrosamente en el seno de su madre, por cuando coincidió con la Fiesta de Janucá que gira alrededor del milagro de los ocho días que estuvo ardiendo la Menoráh por aliento divino.

Si extraemos la sefirá octava de la familia de las sefirot, se nos revela su identidad: hod.

De esta manera podemos establecer entonces una relación entre “hod”, conocida como “esplendor” pero que está conectada con “hodot- hodayá”, los salmos de Acción de Gracias de David.

Debido a esto, podemos deducir que “esplendor” da paso a “acción de gracias” ( Hod-ú laAdonai Kitov) y esto es una alusión al milagro de Janucá que está relacionado con el número octavo debido a los días en que el milagro de la luz tuvo lugar, como ya hemos dicho.

Si seguimos buscando el ADN monárquico de David, debemos recordar que él no fue rey de todo Israel en su primera llegada a Jerusalén.

En su primera revelación, David fue aceptado como rey solamente en Hebrón, fuera de Jerusalén, por 7 años, y luego fue aceptado por todo Israel 33 años desde Jerusalén.

Mientras David no se sentó como rey en Jerusalén, las 12 tribus no fueron unificadas, solamente cuando ocupó el trono en Jerusalén vino a ser rey de todo Israel (Vea 2 Samuel 5).

Como solamente judíos siguieron a David como rey en Hebrón, no en Jerusalén, la conexión con Yehudáh es evidente y esto se manifiesta cuando recordamos que Yehudáh en hebreo, proviene de la raíz “Odéh- odáh”, que sirvió de base profética para que Lea, su madre dijera de él: “Esta vez “odáh” (alabaré) a Yah” (Gén.29:35) en relación con el nacimiento de su cuarto hijo.

De ahí que un “yehudí” es en esencia, la revelación del atributo de “hod” o “alabanza a YHWH” que está conectado con la sefirá octava que a su vez, se relaciona siempre con lo milagroso.

En otras palabras, cuando frente a circunstancias desafiantes decidimos responder con “alabanza”, el alma se conecta con la fuerza de la octava manifestación de la energía creadora del Eterno que es llamada “hod”, haciendo entonces posible que los milagros ocurran.

 

Lamnatzeaj

Ahora bien, casi siempre David, en sus inspirados salmos, los dirige a al músico principal para orientarle cómo deben ser cantados.

Esto es un código profético usado por David para unir dos sefirot importantes que completan la obra de la creación de los Tehilim.

Por ejemplo, en 55 salmos nos dice “Lamnatzeaj” (4, 13, 51, 70, 71, 72, etc.), que ciertamente a nivel pashat significa “al músico principal”, pero si miramos bien, el término contiene “natzeaj” que proviene de “netzaj” y que es una referencia a la sefirá que lleva ese nombre en Génesis 1.

“Netzaj» se relaciona con la idea de “victoria», pero no solamente es victoria militar o política, es “victoria sobre el yétzer hará», especialmente lo relacionado con la sexualidad.

Entonces cuando unimos “hod» (de Hodú-Alabanza) con “Netzaj» de “victoria» sobre el yétzer hará, es evidente que los milagros ocurren, especialmente en el área de la rectificación sexual y lashón hará.

Leyendo entonces los salmos, nos conectamos con la energía divina del NIS, del milagro y esto es precisamente lo que ocurrió en Janucá.

Ten siempre presente que la energía de este mes de Kislev gira alrededor de Janucá y el hecho de que nuestro Santo Maestro, el Maestro de Justicia de Israel y del mundo, Su Majestad Yeshua HaMashiaj fue concebido en la zona de los milagros de Janucá, nos indica la fuente principal de esos milagros y nos envían un mensaje muy poderoso a saber, que cuando HOD y NETZAJ se conjugan, se crea una zona de milagro disponibles para nosotros.

Entrar en esa zona de milagros por medio de emunat HaShem hará una enorme diferencia en nuestras vidas en este mes, sobre todo, debido al hecho de la cantidad de kelipot que surgen para ahogar la fuerza de Kislev en nuestras vidas.

Sintetizándolo, podemos decir entonces que Nis Janucá, el milagro de Janucá es lo que nos eleva por medio de la acción de gracias hasta la victoria completa en aquello que representan nuestros puntos débiles que requieren corrección y rectificación hasta que seamos totalmente “levantados a la medida de la estatura del propio Yeshua».

De hecho, “netzaj» significa “elevar», es decir, concientizarnos más acerca de la cercanía del Maljut, del Reino que fue prometido al hombre noble que fue a buscarlo y prometió regresar.

Breshit 1:24

Como la sefirá HOD es la octava declaración de Di-os en Génesis 1:24, mirando allí nos damos cuenta la zona de dominio de esta sefiráh, como está escrito en la Toráh: “Y dijo Elohim: Produzca la tierra seres vivientes según su género, bestias y serpientes y animales de la tierra según su especie. Y fue así”.

Esto significa que la zona de milagros tiene que ver con los animales de la tierra lo cual es una referencia al alma animal que todos traemos, es decir, el yétzer hará.

Bestias, serpientes y animales, son los tres grados de poder del Yétzer hará, o sea,

  • Bestias = lashón hará, la mente carnal, matraquillas mentales que te impulsan a hablar mal de Di-s, de Israel, de la Toráh y del prójimo.
  • Serpientes = órganos sexuales, inmoralidad sexual, destrucción de la simiente, daño al brit miláh.
  • Animales = zona de las emociones, esto es, sentimientos perturbadores.

Todos estos elementos que se son atriados de las fuerzas del otro lado, de las kelipot impuras, pueden ser eliminados con la fuerza que proviene de la energía de Kislev, esto es, la zona de Milagros que se crea cuando conectamos con el recurso de Emunah, las sefirot de Hod y Netzaj, esto es, Alabanza y Victoria.

Yeshua HaMashiaj fue engendrado en esa zona de Milagros que se encuentra marcado por el numeral ocho y que está conectado con el hecho de la gran Victoria que HaShem entregó a los hijos de Israel en su ultimo encuentro con el faraón y su ejército al pie del mar de Suf, como está codificado en Shemot 15:1 en el Cántico de Moshé.

En efecto, Moshé inicia este Salmo diciendo:

“Az yashir-Moshe uveney Yisra’el et-hashirah…»

(Entonces cantaron Moisés y los hijos de Israel este cántico.)

Observa la primer palabra, traducida, “entonces”, AZ en hebreo, esto es, Alef-Zayim.

El valor gemátrico de Alef aquí es 1 y Zayim 7, la suma de ambos es igual al 8 que es una referencia a la sefirá de HOD que al mismo tiempo, constituye una alusión a los 8 días de Janucá marcada por la zona de Milagros donde nació el Mesías.

En otras palabras, el mensaje codificado es que así como en la primera redención Moshé, el primer redentor acabó con el ejercito físico del faraón, por el atributo de HOD, así en la segunda, un redentor más grande que Moshé se encargará de undir en el otro mar de Suf (por la misma sefirá potencializada con el aliento sagrado), el poder del yetzer hará, para que “no reine más en nosotros las bestias, las serpientes y los animales terrestres en nuestro cuerpo mortal ni tengamos que obedecer a sus insinuaciones pecaminosas”.

En otras palabras, aun cuando el poder de las bestias, las serpientes y los animales estén allí, escondidos en nuestro mente, en nuestros pensamientos y en nuestros sentimientos, empujándonos al mal, por el NIS del que fue engendrado en la zona de Milagros de HOD que nos lleva a los 8 días de Janucá, podremos también sepultar en el mar al caballo y al jinete y entonces vivir en la fuerza de aquel que nos amó y nos llamó a la luz de su reino indestructible.

Siempre que llegamos al numeral 8 en la Toráh, entramos en la zona de los Milagros.

 

AZ – el milagro del Mar de Suf

El número 8 indica lo sobrenatural. Veamos:

Janucá – el milagro de la provisión por medio sobrenaturales.

Brit Miláh al octavo día, el milagro de la entrada al pacto de Avraham.

Siempre que llegamos al número 8, nos conectamos con lo milagroso, con lo que está más allá del orden natural para introucirnos al orden sobrenatural.

Vivir lo natural en conexión con lo sobrenatural es uno de los regalos más extraordinarios que el Eterno nos concede.

Siete es la perfección que se puede alcanzar en lo natural… 8 lo que supera esa perfección natural para llevarnos con la coniencia de lo milagroso del Reino de Di-os.

El número 8 es por tanto lo que resulta cuando lo sobrenatural se manifiesta en lo natural provocando nuestro conciencia de la presencia divina y llevándonos a la zona donde todo es posible si puedes creer.

Observa que Janucá comienza el 25 de Kislev, es decir, luego del día 24 de este mes.

Entonces, el 25 de Kislev fue Yeshua concebido.

El propio maestro nos revela que para esto había nacido, para ser rey (Yoj. 18:37) y siendo los primeros 24 días de Januká los que preceden a su concepción, hay que mirar atentos al simbolismo del número 24 que le precede.

En las memorias de Moshé, registradas en los midrashim, encontramos la respuesta.

 

Nos dice el Midrash:

Cuando Iaakov, el patriarca, sintió que sus días eran contados, llama a sus hijos y les dijo: “¿Estoy preocupado, podría ocurrir que después de yo fallezca sirvan a otros dioses? Le contestaron: «Shema Israel (escucha Israel) nuestro padre D-s es uno».

Y Iaakov silenciosamente dijo: – «Baruj Shem Kevod Maljutó Leolam Vaed».

Observa esa frase que está ligada al Shemáh:

«Baruj Shem Kevod Maljutó Leolám Vaed», (Bendito es su reino glorioso eternamente y para siempre).

Yaakov quiso hablarnos de los días de Mashiaj y sus labios dijeron: “Baruj Shem Kevod Maljutó Leolám Vaed”.

En hebreo, esa frase monárquica está formada por 24 letras por tanto hay una conexión entre ellas y el mensaje que surge es evidente: el rey será concebido el 25 de Kislev precedido por los 24 días que afirman su reino que no tendrá final.

Todo va cayendo en su lugar y Janucá es la fiesta que marca esa zona de Milagros, de un reino y de un rey que perdurarán para siempre.

 

Aceite de oliva y Menorah

Ahora bien, la luz de la Menorah se hace de aceite de oliva.

Y Yeshua mismo dijo, que los días de Mashíaj serían como los días de Nóaj y en un sentido los días de Noaj van desde el nacimiento de Nóaj hasta su muerte.

 

¿ Qué hecho de la vida de Nóaj está relacionado con el aceite de donde procede el alumbrado de la menorah?

El único incidente que podemos encontrar está escondido en Génesis 8:11 donde se nos dice que Noaj envió una paloma, luego de siete días, y en horas de la tarde la paloma regresó trayendo consigo una hoja de olivo.

El hecho de que pasaron 7 días y la paloma regresa al concluir el día séptimo e inicio del octavo, resalta de Nuevo el numeral 8 que nos proyecta a la zona de Milagros.

¿Cómo es posible para una oliva producir aceite que a su vez trae luego la luz?

 

La única forma es por medio de su destrucción.

Si la aceituna no es colocada en una prensa de oliva y allí es machacada y triturada, el aceite no sale.

De hecho, cuando aprendemos a contar en hebreo recordamos que al llegar a ocho, decimos, “shmona” que contiene la palabra “shemen” de donde surge el término “aceite”.

Por tanto, la luz siempre será el resultado de la aflicción con propósitos redentores, todo lo cual nos enseña que el Mesías, antes de convertirse en luz, tiene que ser machacado y triturado como la oliva en el lagar.

Y esto es exactamente lo que sucedió como ya sabemos.

 

Las 8 Sefirot de Janucá

Janucá dura 8 días… quiere decir, que así como el octavo día se relaciona con la sefirá de HOD, “esplendor y alabanza”, así los primeros 7 días están relacionados, correspondientemente, a la sefirá del orden de la creación:

  1. Jojmá – Di-s reveló sabiduría
  2. Bináh – Di-os reveló entendimiento.
  3. Daat – Di-os reveló conocimiento
  4. Jesed – Di-os reveló bondad.
  5. Gevurá – Di-s reveló poder.
  6. Tiferet – Di-s reveló belleza.
  7. Netzaj – Di-os reveló victoria
  8. Hod – Di-os reveló el esplendor de la alabanza.

Quiere decir que en Janucá encontramos la unificación de las primeras 7 sefirot de la creación con la última del octavo día, “alabanza-victoria”.

  • De esta manera, cuando encendemos la primera luz, nos conectamos con Jojmáh- Mashiaj sabiduría de Di-s
  • Cuando encendemos la segunda luz, nos conectamos con Binah, Mashiaj, entendimento de Di-os.
  • Cuando encendemos la tercera luz, Daat- Mashiaj conocimiento de Di-s.
  • Cuando encendemos la cuarta luz, Jesed, Mashiaj, la manifestación suprema de la bondad de D-os.
  • Cuando encendemos la quinta luz, Guevurá – Mashiaj, la manifestación del poder de Di-s.
  • Cuando encendemos la sexta luz, Tiferet, Mashiaj, representando la belleza de Di-s.
  • Cuando encendemos la séptima luz, Netzaj, Mashiaj, la Victoria de Di-os.
  • Cuando encendemos la octava luz, HOD, Mashiaj, el esplendor de la alabanza de Di-os.

Mezuzá y Janukilla

En efecto, establece la Halajá, como mencionamos arriba, que la Mezuzá

se coloca al lado izuierdo de la puerta cuando sales de tu casa.

Y ¿dónde se pone la janukilla? Al lado derecho cuando sales de tu casa,

es decir, en el lado opuesto de la mezuza.

¿Con qué letra comienza Mezuzá? Con la Mem.

¿Con qué letra comienza Janucá? Con la JET.

¿Qué palabra hebrea comienza con Mem y termina con Jet?

 

Mashiaj… este es el secreto de Janucá.

Y así como en sentido histórico, Janucá fue precedida por una abominación desoladora que amenazaba con ahogar la luz. hasta que llegó el milagro.

  • esto no lo podemos olvidar… y aunque ya hablamos de eso al principio, recordemos bien el escenario: cuando los reyes griegos que dominaban desde Damasco tomaron control de nuestro pueblo judío en Israel. Antíoco Epifanes, que se consideraba una encarnación de Zeus, prohibió a los judíos orar a HaShem, leer la Toráh, guardar el brit y santificar Shabat y Rosh Jódesh entre otras medidas de terror y sufrimiento.

Colocó la imagen de Zeus, de la cual él pensaba que era la encarnación en el altar del sacrificio del Templo y realizó sacrificios con sangre de puercos.

Fue lo más humillante y trágico que podia hacer contra nuestro pueblo.

De Nuevo la oliva era machacada y triturada por esta abominación desoladora. y de allí surgen los que gritaban “MI JAMOJA BAELIM ADONAI” y nacen los macabeos, Judás HaMacabí y sus cuatro hermanos, un grupo de nacionalistas judíos que sacaron la cara por toda la nación.

El sufrimiento trajo honor a HaShem, Kidush HaShem y finalmente, después de mucho dolor y sufrimiento, de la oliva salió la luz de la Menorah otra vez.

  • todo esto es una alusión a Mashiaj, la luz que alumbra al mundo porque fue precedida por un sufrimiento aun mayor.

Los macabeos se enfrentaron con el paganismo griego y Yeshua con el yetzer hará del universo entero y eso trajo KIDUSH HASHEM, como fue el caso de Yeshua.

En efecto, cuando al Maestro le preguntaron cuál es el más grande mandamiento de todos, respondió con el Shemá:

“Shema Israel, YHWH Eloheinu, YHWH Ejad”.

Si miras atento al hebreo del Shema descubrirás que está conformado por 25 letras que es una alusión al 25 de Kislev cuando el Mesías fue concebido para rectificar el pecado de la idolatría, cuando hombres se hacían dioses para dominar la humanidad.

Así como Antíoco Efífanes se hizo pasar por una divinidad para dominar a los hombres, Yeshua viene a liberar a los hombres del flagelo de la idolatría para devolverte al Eterno, el Uno y Unico Elohim verdadero, el honor debido a Su Nombre.

“Baruj Shem Kevot Maljutó Leolam Vaed”.

Janucá pues, no es una simple fiesta para hacer regalos a los niños y encender luces…

Es una zona de Milagros a la cual podemos entrar cuando conocemos los secretos del Maljut que nos son revelados con la luz de Mashiaj y como dijo el Maestro: “Mi paz os dejo, mi paz os doy, no como este mundo la da, yo os la doy”.

De esta manera, Mashiaj es nuestra paz, nuestro punto de encuentro de la paz.

 

Janú-ká

De hecho,         como explicamos arriba, Januká, en hebreo, es la

combinación de dos palabras, Janú y Ka….

“Janú” cuyo significado es “descanso” o más bien, “lugar de descanso” y “Ka” que es el numeral del número 25.

En otras palabras, 25 letras del Shema, que representa la santificación del Nombre de Di-os, lo cual es una alusión al día de la concepción del Mesías, que inicia el proceso más extraordinario de Kidush HaShem que el universo pueda concebir alguna vez.

Esto nos dice que la vida y la muerte de Yeshua estuvo ligada todo el tiempo al principio de Kidush HaShem donde econtramos la unificación del honor de Di-os en el Shemá marcado por el número 25 que se extiende al inicio de Januc-Ka, o la zona de descanso que se inicia realmente con la concepción del Mesías en el misterio de Di-os Altísimo.

Cada vez que encendamos pues un de las ocho luces de Januc-Ká, podemos unirnos a la seferiáh correspondiente e ir en ascenso hasta llegar a HOD, la acción de gracias del esplendor de la revelación de Mashiaj quien es la puerta segura para entrar en la zona de Milagros provista por Di-os.

Recuerda: Januká es vista también como la fiesta de las luces.

La luz es necesaria para encontrar las cosas que están en tinieblas.

Cuando la luz llega, lo escondido se manifiesta y entonces podemos ver para buscar lo perdido y esta es una excelente ocasión para que aquellos que inician su retorno a la fe hebrea, los que se han parado en los caminos y están buscando las sendas antiguas, y comenzar a establecer los puntos de conexión con la fe milenaria de nuestro pueblo.

¡Feliz Janu-ká para todos !

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