Parashat VaYé shév

Parashat VaYé shév

Génesis 37:1 –40:23

 

Aliyás de la Torá:

  1. 37:1-11
  2. 37:12-22
  3. 37:23-36
  4. 38:1-30
  5. 39:1-6
  6. 39:7-23
  7. 40:1-23
  8. Maftir: 41:20-23

 

Haftará: Amós 2:6 – 3:8

 

Código Real: Hechos 7:9-16

 

VaYeshev

Significa “y se estableció”, “y se asentó”.

 

Resumen:

Siendo Yosef de diecisiete años informaba a su padre sobre la mala fama de sus hermanos. Yaäqov lo amaba más que a sus otros hijos, y le hizo una túnica de colores, por lo que sus hermanos lo aborrecían. Yosef tuvo dos sueños que contó a su padre y sus hermanos, quienes tuvieron envidia de él, pero su padre meditaba en ello. Los hermanos de Yosef fueron a apacentar las ovejas a Shejem, y su padre lo envió a ver cómo estaban ellos y las ovejas. Cuando ellos le vieron, conspiraron para matarle; Reuven intercede para que no lo maten, y en lugar de ello le echen en una cisterna, lo cual hicieron. Yosef fue vendido a unos ismaelitas; sus hermanos tiñen de sangre su túnica y se la llevaron a su padre, quien creyó que su hijo había muerto, razón por la que guardó luto muchos días. Yosef fue vendido a Potifar, un oficial de Far’öh.

 

Yehudah se apartó de sus hermanos y tomó a una mujer llamada Sua, con quien tuvo tres hijos llamados Er, Onan y Shelah. A Er le fue dada Tamar como mujer, pero por su maldad El Eterno le quitó la vida; Yehudah le dice a Onan que se llegue a Tamar para dar descendencia a su hermano, pero Onan no lo quiso así, de tal manera que también le fue quitada la vida. Yehudah le dice a Tamar que espere a que crezca Shelah; Tamar se va a vivir con su padre.

 

Como Shela no le fue dado a Tamar, ésta se viste de tal forma que Yehudah la ve y cree que es una ramera; ambos acuerdan que él le entregue un cabrito y varios de sus objetos por llegarse a ella, lo cual se llevó a cabo; al volver Yehudah al sitio donde vio a Tamar no la vio, pero meses después le fue dado aviso de que Tamar había fornicado, por lo que él dice que sea quemada. Antes de que esto suceda ella le envía a Yehudah sus objetos para que los revise; él reconoce entonces que Tamar es más justa que él, por no haberle sido dado su hijo Shela. Tamar tuvo dos hijos, Perets y Zaraj.

 

Yosef fue próspero en la casa de Potifar y halló gracia en sus ojos, pues le fue entregado todo en su poder. La esposa de Potifar le insistió a Yosef que durmiera con ella, pero éste no lo hizo; más bien cuando ella lo asió por su ropa, él se la dejó y huyó; ella dice después que Yosef quiso deshonrarla, y por ello es puesto en la cárcel, donde también halló gracia y fue puesto al cuidado de todos los presos.

 

El panadero y el copero de Far’öh cometieron delito contra él y por ello fueron puestos presos; los dos tuvieron cada uno un sueño, pero estaban tristes por no haber quien les diera su interpretación. Yosef les dice que El Eterno les interpretará sus sueños; ellos se los cuentan a Yosef y éste los interpreta: Al copero lo restituirán en su puesto después de tres días, pero al panadero lo colgarán, también después de tres días. Yosef le dice al copero que se acuerde de él cuando esté fuera y haga misericordia de él, pero el copero olvidó esto después de salir de la cárcel.

 

Comentarios

Primera aliyá, 37:1-11

37:1 “Y Yaakov habitó en la tierra donde había peregrinado su padre, en la tierra de Kenáan.” – No es lo mismo habitar que peregrinar. La actitud de un peregrino es que no tiene una morada fija, siempre está de camino a otro lugar. Ahora Yaakov tiene el deseo de asentarse y dejar de ser peregrino. Esto es un error. Cuando un justo quiere dejar de luchar y disfrutar de esta vida, está intentando sacar de antemano lo que recibirá en el mundo venidero. Pero HaShem no le permitió hacer esto y le sucedió el problema con Yosef.

 

Es necesario tener lucha en esta vida para poder estar sano espiritualmente. Cuando no hay conflictos y todo va bien hay una tendencia de querer aflojarse y dormir espiritualmente. Los problemas y las luchas nos mantienen alerta y nos obligan a buscar al Eterno en todo momento. El Hijo de Elohim aprendió la obediencia a través de los sufrimientos, como está escrito en Hebreos 5:8:

 

“aunque era Hijo, aprendió obediencia por lo que padeció”

Así que el que quiere huir de los sufrimientos y de los problemas nunca aprenderá la obediencia.

Es más, los mismos sufrimientos que pasamos en el olam hazé, este siglo, producen una gloria que permanecerá en el olam habá, el siglo venidero, como está escrito en 2 Corintios 4:17:

 

“Pues esta aflicción leve y pasajera nos produce un eterno peso de gloria que sobrepasa toda comparación”

En Romanos 8:16-18 está escrito:

“El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Elohim, y si hijos, también herederos; herederos de Elohim y coherederos con el Mesías, si en verdad padecemos con él a fin de que también seamos glorificados con él. Pues considero que los sufrimientos de este tiempo presente no son dignos de ser comparados con la gloria que nos ha de ser revelada.”

 

Para ser herederos en el siglo venidero hay que padecer con el Mesías. Cuanto más suframos ahora más gloria tendremos entonces, como está escrito en 1 Pedro 1:7:

“para que la prueba de vuestra fe, más preciosa que el oro que perece, aunque probado por fuego, sea hallada que resulta en alabanza, gloria y honor en la revelación de Yeshúa el Mesías”

 

En 1 Pedro 4:13 está escrito:

“antes bien, en la medida en que compartís los padecimientos del Mesías, regocijaos, para que también en la revelación de su gloria os regocijéis con gran alegría.”

 

En Hebreos 11:35b está escrito:

“otros fueron torturados, no aceptando su liberación, a fin de obtener una mejor resurrección.”

En 1 Corintios 15:41 está escrito:

“Hay una gloria del sol, y otra gloria de la luna, y otra gloria de las estrellas; pues una estrella es distinta de otra estrella en gloria.”

 

37:2a “Esta es la historia de las generaciones de Yaakov: Yosef…” – La historia de una persona sigue en sus hijos. Esta no es la historia de Yosef, sino de Yaakov. En el capítulo 38 encontramos el relato de la vida de Yehudá. Estos dos, Yosef y Yehudá, son los dos hijos más importantes de Israel. Alrededor de estos dos giran toda la historia de salvación del Eterno. Yosef llegó a ser el padre de Efrayim, que es el ancestro de la tribu principal de la casa de Israel, las diez tribus del norte que eventualmente se separarían de las dos tribus en el sur. Yehudá es el ancestro del pueblo judío y del Mesías. La primogenitura pasó a los hijos de Yosef, como está escrito en 1 Crónicas 5:1-2:

“Y los hijos de Reuvén, el primogénito de Israel (porque él era el primogénito, mas como profanó la cama de su padre, sus derechos de primogenitura fueron dados a los hijos de Yosef, hijo de Israel; de modo que no está inscrito en la genealogía conforme a los derechos de primogenitura; aunque Yehudá prevaleció sobre sus hermanos, y de él es el príncipe, los derechos de primogenitura pertenecían a Yosef)”

 

Esta es la razón por la que aparecen entrelazados los relatos de Yosef y Yehudá en esta sección de las Escrituras.

A través de Yaakov el Eterno está cumpliendo su propósito en el mundo. El pueblo de Israel y el Mesías son el medio del Eterno para bendecir el resto de la humanidad. Todos estos relatos son narraciones preparatorias para la introducción de Mashíaj en Israel y el mundo. Si desconectamos al Mesías de los relatos de la Torá creamos un seudo-Mesías, un ser híbrido sin realidad histórica. El Mesías está íntimamente conectado con la historia de Israel. Por esto podemos encontrar en los relatos acerca de Yosef y de Yehudá sombras proféticas que señalan hacia el Mesías Yeshúa. Estos textos dan paso a la proclamación de Yeshúa como el Mesías “ben Yosef”, hijo de Yosef, y el Mesías “ben David”, hijo de David.

37:2b “Yosef, cuando tenía diecisiete años, apacentaba el rebaño con sus hermanos; el joven estaba con los hijos de Bilhá y con los hijos de Zilpá, mujeres de su padre. Y Yosef trajo a su padre malos informes sobre ellos.” – Los cuatro hijos de las concubinas no se portaban bien y Yosef habló mal de ellos ante su padre. En lugar de reprenderles a ellos y aclarar posibles malos entendidos habló con su padre, lo cual constituye el pecado de “lashón hará”, lengua de maldad. Los rabinos enseñan que por esta mala lengua luego tenía que estar en la cárcel durante 10 años.1[1]

 

37:3 “Y amaba Israel a Yosef más que a todos sus hijos, porque era para él el hijo de su vejez; y le hizo una túnica de muchos colores.” – Hay varias razones por las que Israel amaba a Yosef: era el hijo de su vejez, era el hijo de su esposa preferida, tenía mucho en común con él mismo y, según un Midrash1[2], Yaakov sabía por medio de una profecía que Yosef iba a ser una gran persona. Yaakov y Yosef se parecían en muchos aspectos:

 

  • Ambos tenían una madre estéril y nacieron por una intervención divina.
  • Ambos fueron odiados por sus hermanos.
  • Ambos experimentaron como sus hermanos querían matarlos.
  • Ambos se hicieron ricos.
  • Ambos se casaron fuera de la Tierra.
  • Ambos fueron acompañados por ángeles.
  • Los suegros de ambos fueron bendecidos por causa de ellos.
  • Ambos viajaron a Egipto.
  • Ambos pidieron que sus huesos fueran trasladados a la Tierra prometida.
  • Ambos murieron en Egipto.

 

37:4 “Y vieron sus hermanos que su padre lo amaba más que a todos sus hermanos; por eso lo odiaban y no podían hablarle amistosamente.” – La lucha entre hermanos depende, hasta cierto grado, de la tensión que hay entre los padres. Los hijos son el reflejo de sus padres. La “poca” envidia que hubo entre las madres se multiplicaba en los hijos y se transformó en envidia de muerte. La razón por la que esta envidia llegó a tal extremo fue el favoritismo que mostraba Yaakov hacia uno de sus hijos. No es lo mismo reconocer las buenas cualidades de un hijo que tener favoritismo. Como padre, es necesario destacar las cualidades buenas de todos los hijos y no hacer comparaciones entre ellos. Las comparaciones crean muchas luchas innecesarias. Cada hijo es diferente y tiene diferentes dones y cualidades, unos más que otros. Pero esto no significa que uno es mejor que el otro. El que tiene más dones tiene más responsabilidad y hay que exigirle más, como está escrito en Lucas 12:48b:

 

“A todo el que se le haya dado mucho, mucho se demandará de él; y al que mucho le han confiado, más le exigirán.”

Para ser buenos padres hay que tratar con nuestros hijos de la misma manera como el Padre celestial trata con Sus hijos, como está escrito en Efesios 6:4:

 

“Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en la disciplina e instrucción del Señor.”

 

Y en Hebreos 12:7-11, donde está escrito:

“Es para vuestra corrección que sufrís; Elohim os trata como a hijos; porque ¿qué hijo hay a quien su padre no discipline? Pero si estáis sin disciplina, de la cual todos han sido hechos participantes, entonces sois hijos ilegítimos y no hijos verdaderos. Además, tuvimos padres terrenales para disciplinarnos, y los respetábamos, ¿con cuánta más razón no estaremos sujetos al Padre de nuestros espíritus, y viviremos? Porque ellos nos disciplinaban por pocos días como les parecía, pero El nos disciplina para nuestro bien, para que participemos de su santidad. Al presente ninguna disciplina parece ser causa de gozo, sino de tristeza; sin embargo, a los que han sido ejercitados por medio de ella, les da después fruto apacible de justicia.”

 

Es importante destacar las virtudes de nuestros hijos en todas las diferentes áreas en que HaShem los haya dotado.

A pesar de la situación crítica en la familia de Israel, e incluso por medio de estas tensiones familiares, HaShem, en su infinita sabiduría, lleva a cabo su plan de salvación para Israel y el mundo. El puede usar nuestra carnalidad para cumplir su propósito, ¡Bendito seda su Nombre!

 

Los hijos de Leá nacieron con un complejo de inferioridad y de rechazo, heredado de su madre. Como Leá se sentía menospreciada por Yaakov, porque él prefería a Rajel antes que a ella, su sentimiento pasó a los hijos.

 

Una persona con ese complejo siente que otros son amados y yo no, otros son apreciados pero yo no, otros son aceptados pero yo no. El complejo de inferioridad lleva la persona al auto desprecio. No importa cuánto se esfuerce, nunca se sentirá contenta consigo misma. Este complejo es formado por actitudes y palabras de los padres, incluso desde antes de nacer. Un niño que ha sido engendrado por padres que no deseaban tener hijos, está acomplejado desde antes de nacer. Un niño que oye palabras como: “tú no vales”, “qué malo eres”, “eres un pesado”, “no quiero verte”, “ya no te quiero”, etc., es acomplejado por sus padres. Las palabras de los padres tienen muchísima influencia en la formación del carácter del niño, especialmente durante sus primeros momentos de su vida.

Los seis primero años de la vida de un niño son decisivos para el resto de su vida. Por eso es tan importante que los padres no dejen a sus hijos al cuidado de otros durante ese tiempo. La ausencia de los padres, y, especialmente en el primer tiempo, de la madre, crea un vacío emocional dentro del niño, que no puede ser llenado con nada en el mundo, al menos que el Eterno haga una intervención sobrenatural para sanar su alma dañada.

 

Los padres proyectan en sus hijos la imagen del Eterno. Los niños reciben una imagen del Eterno según hayan sido sus padres con ellos. Si un padre nunca está en casa y toma tiempo con sus hijos, los hijos van a creer que el Eterno está ausente y no está interesado en sus vidas. Si un padre trata con dureza a sus hijos y los castiga por sus errores, los hijos van a pensar que el Eterno los castiga por cualquier error que cometan. Hay padres que pegan a sus hijos cuando cometen errores, no cuando son rebeldes. Esto crea un trauma en el niño que difícilmente es quitado. Ese niño tendrá problemas en su relación con el Eterno. Pensará que él le castiga por cualquier cosa. No ha aprendido que hay una relación entre rebeldía y castigo, entre desobediencia y maldición. Piensa que todo lo malo que le sucede es porque el Eterno le está castigándolo según Sus propios caprichos.

 

Si los padres no tienen normas claras y constantes, los hijos aprenden que el Eterno es caprichoso y fluctuante y que cambia sus mandamientos de un tiempo a otro, de una era a otra. Si los padres prometen cosas a sus hijos y luego no las cumplen, los hijos van a dudar de las promesas eternas del Padre celestial, que no puede mentir. Si los padres dicen mentiras entre ellos o a sus hijos, los hijos van a pensar que la Biblia no es verdad y que el Eterno puede engañar a los hombres. Si los padres no valoran premian el esfuerzo de los niños, eventualmente perderán su interés en progresar en la vida y pensarán que no son aptos para servir al Eterno. Si un padre hace comparaciones y muestra favoritismo entre los hijos, van a pensar que algunos hijos del Eterno son favorecidos más que otros y esto crea envidias, luchas y endiosamientos idolátricas de los líderes entre el pueblo del Eterno.

 

Cuando un niño recibe amor, atención, instrucción y corrección y es estimulado sin ser comparado con sus hermanos o con otros compañeros, sino valorado, en primer lugar, por lo que es, y, en SEGUNDO lugar, por lo que produce, aprenderá a apreciarse a si mismo y así podrá apreciar a los demás sin sentir envidia cuando otros progresen más que él. El remedio de la envidia es el amor, como está escrito en 1 Corintios 13:4b:

“El amor no tiene envidia”

 

Cuando una persona no ama es porque no se siente amada, como está escrito en 1 Juan 4:19:

“Nosotros amamos, porque El nos amó primero.”

 

El que da amor a otros es porque ha recibido amor. No puedes dar algo que no has recibido. Así que el remedio contra la envidia es recibir el amor del Eterno personalmente.

Para ser libre del complejo de rechazo y de inferioridad hace falta recibir amor. Algunos han sido tan dañados en sus emociones que no son capaces de creer en el amor que están recibiendo, como está escrito en 1 Juan 4:16:

“Y nosotros hemos llegado a conocer y hemos creído el amor que Elohim tiene para nosotros. Elohim es amor, y el que permanece en amor permanece en Elohim y Elohim permanece en él.”

 

Según este texto hay dos maneras de relacionarse con el amor del Eterno, primero conocerlo, que no es algo intelectual, sino experimental. Segundo, creer en el amor que el Eterno tiene para nosotros. Hay momentos cuando no siento el amor del Eterno, y en ese momento mis emociones me están mintiendo. En esa situación tendré que salir de la cárcel emocional y creer en el amor que el Eterno ha mostrado al dejar que su Hijo muera por mi personalmente, como está escrito en Gálatas 2:20b:

 

“la vida que ahora vivo en la carne, la vivo por fe en el Hijo de Elohim, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.”

Pero si una persona está muy dañada en sus emociones ha creado un muro de protección alrededor de su interior que no le permite salir, ni permite entrar a nadie. Ni siquiera el amor del Eterno puede alcanzar ese corazón herido. Esa persona no puede ni sentir ni creer en el amor del Eterno, por mucho que se le diga que le ame. Como sus emociones dicen que nadie le quiere, no cree en alguien que le dice que le ama. Prefiere creer más en sus propias emociones que en la verdad, y esto es muy grave cuando se trata de la Palabra del Eterno. En las Escrituras HaShem ha mostrado su amor por todo el mundo, como está escrito en Juan 3:16:

 

“Porque de tal manera amó Elohim al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en El, no se pierda, mas tenga vida eterna.”

 

La mayor manifestación del amor del Eterno es la muerte y resurrección de Su Hijo a favor de todas las personas en particular, como está escrito en 1 Juan 4:9:

 

“En esto se manifestó el amor de Elohim en nosotros: en que Elohim ha enviado a su Hijo unigénito al mundo para que vivamos por medio de El.”

 

Una persona acomplejada tiene mucha dificultad para recibir este amor. Hay sólo una cosa que puede entrar dentro de su alma y romper esa muralla que ha edificado alrededor de sus emociones mentirosas, la Palabra del Eterno dada por medio de una revelación en el poder del Espíritu. Con otras palabras, sólo Yeshúa el Mesías, que es la Palabra viva de HaShem, puede sanar esa alma, como está escrito en 1 Pedro 2:25:

“Pues vosotros andabais descarriados como ovejas, pero ahora habéis vuelto al Pastor y Guardián de vuestras almas.”

En esta era mesiánica en la que vivimos, HaShem ha depositado en su Hijo Yeshúa la autoridad y la capacidad para tratar con las almas de los hombres. Yeshúa es el único que puede sanar el alma del hombre, como está escrito en Mateo 11:27-30:

 

“Todas las cosas me han sido entregadas por mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni nadie conoce al Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Venid a mí, todos los que estáis cansados y cargados, y yo os haré descansar. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y HALLAREIS DESCANSO PARA VUESTRAS ALMAS. Porque mi yugo es fácil y mi carga ligera.”

 

También Yeshúa ha delegado a sus siervos la autoridad para tratar con este tipo de complejos dentro de las personas, como está escrito en 2 Corintios 10:3-6:

“Pues aunque andamos en la carne, no luchamos según la carne; porque las armas de nuestra contienda no son carnales, sino poderosas en Elohim para la destrucción de fortalezas; destruyendo especulaciones y todo razonamiento altivo que se levanta contra el conocimiento de Elohim, y poniendo todo pensamiento en cautiverio a la obediencia del Mesías, y estando preparados para castigar toda desobediencia cuando vuestra obediencia sea completa.”

 

Las fortalezas son las defensas sicológicas que la persona acomplejada ha creado en su interior. Esas defensas están basadas sobre argumentos mentirosos como: “Nadie me ama”, “Soy malo”, Soy fea”, “Soy un pobre y siempre lo seré”, “Siempre me salen las cosas mal”, etc. Todos estos argumentos son falsos y atentan contra la verdad divina revelada en las Escrituras. El complejo de rechazo e inferioridad es una cosa emocional que no siempre tiene su base en la realidad. Por medio de las Escrituras y el poder del Espíritu del Eterno es posible quebrantar todos estos argumentos.

 

La segunda cosa que es mencionada en este texto son los razonamientos altivos que se levantan. La reacción sicológica para intentar de superar el sentimiento de rechazo y de inferioridad es la soberbia, la altivez. Como las emociones me dicen que no soy nadie, hago todo lo posible para mostrarme a mi mismo y a todo el mundo que sí soy alguien. Y así voy buscando todas las virtudes mías y las destaco y las muestro a los demás, intentando mostrarme a mi mismo y a los demás que no soy tan malo como me dicen mis sentimientos. “Mira, YO soy bueno en esto”, “Fíjate que YO logré esto” etc. La auto exaltación y el orgullo son síntomas de una persona acomplejada, que en el fondo de su corazón no se siente amada por nadie, ni siquiera por el Eterno.

 

Otro intento de superar el sentimiento de rechazo interior es hacerse amigos mediante regalos. Si yo les doy esto me va a amar. Tenemos un buen ejemplo de esto en Leá que dijo, según Génesis 29:32:

“Y concibió Leá y dio a luz un hijo, y le puso por nombre Reuvén, pues dijo: Por cuanto el Eterno ha visto mi aflicción, sin duda ahora mi marido me amará.”

 

Otro ejemplo vemos en Génesis 30:20 donde está escrito:

“Y Lea dijo: Elohim me ha favorecido con una buena dote; ahora mi marido vivirá conmigo, porque le he dado seis hijos. Y le puso por nombre Zvulún.”

 

Leá pensaba que por medio de sus propios esfuerzos podía ganarse el amor de Yaakov. Ese no es el camino. El camino de ser sanado del complejo de rechazo es recibir el amor gratuito del Eterno. Su amor no depende de mí, sino de él mismo. El me ama, no porque yo sea de una u otra manera, sino porque ha decidido amarme.

Hay dos tipos de amor del Eterno, un amor incondicional y un amor condicional. El amor incondicional no depende del hombre, si es bueno o malo, si cumple o no, como está escrito en Oseas 3:1:

 

“Y el Eterno me dijo: Ve otra vez, ama a una mujer amada por otro y adúltera, así como el Eterno ama a los hijos de Israel a pesar de que ellos se vuelven a otros dioses y se deleitan con tortas de pasas.”

En Mateo 5:44-45 está dicho:

 

“Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen, para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos; porque El hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos.”

Y en Romanos 5:6-8 está escrito:

 

“Porque mientras aún éramos débiles, a su tiempo el Mesías murió por los impíos. Porque a duras penas habrá alguien que muera por un justo, aunque tal vez alguno se atreva a morir por el bueno. Pero Elohim demuestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, el Mesías murió por nosotros.”

Ese amor incondicional es el que nos sana de nuestros complejos.

 

El amor condicional del Eterno es desarrollado cuando hay una respuesta por parte del hombre a Su amor incondicional, como está escrito en Deuteronomio 7:11-13:

 

“Guarda, por tanto, el mandamiento y los estatutos y los decretos que yo te mando hoy, para cumplirlos. Y sucederá que porque escuchas estos decretos y los guardas y los cumples, el Eterno tu Elohim guardará su pacto contigo y su misericordia que juró a tus padres. Y te amará, te bendecirá y te multiplicará; también bendecirá el fruto de tu vientre y el fruto de tu tierra, tu cereal, tu mosto, tu aceite, el aumento de tu ganado y las crías de tu rebaño en la tierra que El juró a tus padres que te daría.”

 

Y en Juan 14:23 está escrito:

“Yeshúa respondió, y le dijo: Si alguno me ama, guardará mi palabra; y mi Padre lo amará, y vendremos a él, y haremos con él morada.”

 

Yaakov amaba a Yosef más que a todos los demás hijos. El amaba a todos pero amaba a Yosef más que a los demás por la relación más íntima que tenía con él, entre otras cosas, por causa del amor recíproco que recibió de él y también por la revelación profética que tenía sobre su futuro.

 

El amor condicional está basado en el amor incondicional. Es muy importante que un padre diga a su hijo: “No importa lo que hagas, te amaré igual”. De esa manera el hijo se siente seguro en el amor de su padre y podrá relacionarse correctamente con su Padre celestial. Ahora, si el hijo se porta mal tiene que saber que el padre no ama su conducta sino a él, y desea que se aparte de su mala conducta.

La persona acomplejada proyecta su complejo sobre otros. Una madre con un complejo de rechazo rechaza a sus hijos, y es capaz de decir: “ya no te quiero”, “no quiero verte más”. La solución de todo esto es el amor.

Una persona que se siente menospreciada menosprecia a los demás y no puede aceptar que otra persona sea exaltada más que ella. Tiene envidia y celos y luchas de poder. No es capaz de reconocer una virtud de su hermano porque siente que es una amenaza contra él.

 

Los hijos de Leá y los hijos de las ex esclavas rechazaban a su hermanastro Yosef porque había sido puesto por su padre como el heredero de la primogenitura. Por las excavaciones arqueológicas que se han hecho en Egipto, se sabe que los jefes de las tribus semitas llevaban túnicas con muchos colores como señal de su liderazgo.1[3] Es obvio que el padre había marcado a Yosef como el heredero de la primogenitura, como vimos en el texto de 1 Crónicas 5:1-2. Según Deuteronomio 21:15-17 Yaakov no tenía el derecho de quitar de Reuvén la primogenitura y dársela a Yosef. Sin embargo, por causa del pecado de Reuvén perdió su primogenitura, cf. Génesis 49:3-4, y fue dado a Yosef, no por preferencia personal, sino por revelación profética. Hay varios ejemplos en las Escrituras donde vemos que el orden natural de herencia es cambiado por el orden profético, cf. Génesis 48:17-20.

 

En el judaísmo se habla de dos tipos de Mesías. Por un lado se habla de Mashíaj ben Yosef, que es el Mesías sufriente, como hijo de Yosef, no necesariamente en el sentido literal como descendiente, sino en el sentido alegórico como seguidor, imitador. Por el otro lado se habla de Mashíaj ben David, el Mesías triunfante, descendiente directo de la casa de David.

 

Dr. Dan ben Avraham escribe:

“Hubo diferentes perspectivas, porque los rabinos antiguos se percataron que el Mashíaj sería humillado por un lado y exaltado por el otro. ¿Cómo intentaron resolver esta diferencia?

 

Primera teoría:

La primera posibilidad fue que el Mashíaj existiera desde antes de la creación del mundo y fuese enviado a la tierra cuando el Segundo Templo fuese destruido. Por ejemplo1[4]: “Rabi Shemuel bar Nehmani dijo: “En el día cuando el Templo fue destruido, Israel sufrió mucho por sus pecados… ¿Y desde cuándo sabemos entonces que en ese día el Mashíaj nació? Porque está escrito: “Antes que estuviese de parto, dio a luz”

El Talmud ofrece varios reportes acerca de su trabajo luego del nacimiento. El Talmud Bavli afirma que él se sienta “a las puertas de la ciudad de Roma” y sufre aflicción con su pueblo. Allí él espera hasta que el Eterno lo exalte como el Redentor esperado y traiga entonces la salvación prometida a Israel.

Esta había sido, en cierta medida, la posición de los talmidim de nuestro Rabí desde el primer siglo. Rav Shaúl dijo1[5]: “Pero todavía no vemos que todas las cosas le sean sujetas”. En otras palabras, primero debe sufrir para luego entrar en su gloria. Aunque por supuesto, hay una clara diferencia entre el tiempo de su aparición y la destrucción del Bet Hamikdash.

 

Debido a la similitud de pensamiento, eventualmente los amoraim abandonaron esta posición y procuraron otra.

 

Segunda Teoría:

¿Cuál fue la segunda teoría? La siguiente cita es interesante, dice el Talmud1[6]:

“R. Alexandri dijo que R. Joshua bar Leví combinó dos pasajes contradictorios, uno dice: “He aquí uno semejante a un Hijo de Hombre vino con las nubes del cielo” (Dan. 7:13) y el otro dice: “He aquí tu rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde y cabalgando sobre un asno” (Zakaryah 9:9) Los explicó de esta manera: “Si ellos son dignos, el Mashíaj vendrá en las nubes del cielo. Si no son dignos, vendrá humilde sobre un asno”.

 

Tercera teoría:

Pero otra perspectiva fue estudiada, como aparece en otro lugar del Talmud1[7]. ¿De qué se trata? De la posibilidad de existencia de dos Mesías que aparecerán en dos tiempos diferentes para realizar dos funciones distintas, cada una relacionada con la humillación y la exaltación de la cual hablaron los profetas.

El primero es visto como el Mashíaj ben Yosef, quien tiene que batallar contra fieras, sufrir una humillación espantosa y ser azotado y herido en sus espaldas. Esto cumpliría la profecía que dice1[8]: “Y me mirarán a mí, a quien traspasaron. Y gemirán como quien gime por la muerte de su hijo único. Y sufrirán como quien sufre por su primogénito”

El segundo es visto como Mashíaj ben David, quien aparecerá luego, y de quien el Eterno dijo1[9]: “Diré el decreto: El Eterno me dijo: Tú eres mi Hijo, en este día te he engendrado”.

Según el Talmud1[10], este Salmo es una referencia al Mashíaj. Esto es lo que se dice:

“Nuestros sabios enseñaron: El HaKadosh dijo al Mashíaj ben David: “Tú eres mi hijo, pídeme y te daré las naciones como tu herencia y tus dominios hasta lo último de la tierra”. Anticipando que el Mashíaj ben Yosef estaba destinado a morir, Mashíaj ben David le dijo al Eterno: “Amo del universo, lo único que te pido es vida”. ¿Vida? Respondió HaShem, “antes que hablases he aquí tu ancestro David ya lo había establecido, como está escrito (Salmo 21:5) ”Vida te demandó y se la diste, largura de días, eternamente y para siempre”.

Así que los rabinos vieron dos posibilidades bajo la teoría del Rabí Yehoshua bar Leví y la teoría de un grupo de sabios talmúdicos bajo la idea de dos mesías diferentes.

 

Cuarta Teoría:

Existe una manera como podemos reconciliar las aparentes contradicciones entre un pasuk que nos presenta un Mesías Sufriente y otro que nos habla de un Mesías Exaltado. Esta teoría es precisamente, la que sustentamos.

¿De qué se trata? La respuesta es: un solo Mashíaj que primero aparece como Siervo Sufriente (Mashíaj ben Yosef) y muere para que pueda resucitar y ser revestido de inmortalidad, esto es, largura de días, eternamente y para siempre a fin de estar en condiciones de cumplir con los requisitos de la redención final exigidos por la Torah y los Profetas.

Hay una sola persona que podría calificar para dicha opción: Yeshúa. Solamente en Yeshúa el dilema de los pasukim aparentemente contradictorios de las Escrituras adquieren su verdadera solución.”

Hasta aquí la cita.

 

37:2a “Yosef, cuando tenía diecisiete años, apacentaba el rebaño con sus hermanos” – Como hemos dicho antes el nombre Yosef significa “quitará” y “añadirá”, y es una referencia al Mesías que vino para morir para quitar el pecado de Israel y el mundo y sus consecuencias y resucitar para añadir a los gentiles dentro del pueblo escogido.

“apacentaba el rebaño” – Como Yosef era un pastor también el Mesías, según Juan 10:11 donde dice:

“Yo soy el buen pastor; el buen pastor da su vida por las ovejas.”

 

37:3-4 “amaba Israel a Yosef más que a todos sus hijos… su padre lo amaba más que a todos sus hermanos” – En Mateo

 

3:17b el Padre celestial dice de Yeshúa:

“Este es mi Hijo amado en quien me he complacido.”

 

37:7 “He aquí, estábamos atando gavillas en medio del campo, y he aquí que mi gavilla se levantó y se puso derecha, y entonces vuestras gavillas se ponían alrededor y se inclinaban hacia mi gavilla.” – Las gavillas hablan de una cosecha que tiene mucho que ver con la vida de Yosef y del Mesías. La cosecha es un producto de la nueva vida como consecuencia de la muerte de los granos.

“mi gavilla se levantó” – Alude al levantamiento de Yosef y a la resurrección del Mesías de entre los muertos.

“vuestras gavillas se ponían alrededor y se inclinaron” – Muestra que después del levantamiento de Yosef y la resurrección del Mesías habría un reinado. También muestra que todas las tribus de Israel tendrán que reunirse alrededor de Mashíaj para obedecerle con reverencia.

 

37:8 “le odiaron por sus palabras” – También Yeshúa fue odiado por sus palabras. En Juan 15:22-25; 17:14 está escrito:

“Si yo no hubiera venido y no les hubiera hablado, no tendrían pecado, pero ahora no tienen excusa por su pecado. El que me odia a mí, odia también a mi Padre. Si yo no hubiera hecho entre ellos las obras que ningún otro ha hecho, no tendrían pecado; pero ahora las han visto, y me han odiado a mí y también a mi Padre. Pero han hecho esto para que se cumpla la palabra que está escrita en su ley: «ME ODIARON SIN CAUSA.»… Yo les he dado tu palabra y el mundo los ha odiado, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.”

 

37:9 “el sol, la luna y once estrellas” – El sol hace referencia a Yaakov, la luna hace referencia a la madre y las once estrellas se refiere a los hijos de Israel, cf. Génesis 15:5; 22:17; 26:4.

Este sueño no se ha cumplido en Yosef. En primer lugar no vivía su madre Rajel. Bilhá se había ocupado de él y su hermano Binyamín desde la muerte de Rajel.

El padre dice que es imposible que él y su madre se inclinen ante él. Esto tiene dos sentidos. Por un lado Rajel ya estaba muerta y no podría inclinarse ante Yosef. Por otro lado era absurdo que un padre se inclinara ante su hijo, lo cual no pasó en Egipto. Así que este sueño es una muestra de que Yosef es una figura profética del futuro Mesías.

Este mensaje muestra que todos aquellos hijos de Israel que son estrellas se inclinarán ante el Mesías, incluso los mismos patriarcas, Avraham, Yitsjak y Yaakov. La Torá muestra aquí que el Mesías es mayor que los padres.

Este sueño profético es también una evidencia acerca de la resurrección de los muertos. Si Yaakov y Bilhá, y mucho menos Rajel, no se inclinaron ante Yosef en Egipto, tiene que haber una resurrección de entre los muertos para que esta profecía tenga cumplimiento. Entonces Rajel, la madre de Yosef, se inclinará ante Mashíaj ben Yosef, que es Yeshúa hijo de Yosef.

 

La resurrección está relacionada con el sol, la luna y las estrellas, según 1 Corintios 15:41-42a, donde está escrito:

“Hay una gloria del sol, y otra gloria de la luna, y otra gloria de las estrellas; pues una estrella es distinta de otra estrella en gloria. Así es también la resurrección de los muertos.”

 

En Revelación 12:1-2, 5-6 está escrito:

“Y una gran señal apareció en el cielo: una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza. estaba encinta, y grita, estando de parto y con dolores de alumbramiento… Y ella dio a luz un hijo varón, que ha de regir a todas las naciones con vara de hierro; y su hijo fue arrebatado hasta Elohim y hasta su trono. Y la mujer huyó al desierto, donde tiene un lugar preparado por Elohim, para ser sustentada allí, por mil doscientos sesenta días.”

 

La mujer simboliza el pueblo de Israel que dio a luz a Yeshúa que fue arrebatado hasta el trono de Elohim poco antes de la dispersión del pueblo judío por la invasión romana en los años 70 y 135.

37:11a “Y sus hermanos le tenían envidia” – Mateo 27:18 dice:

“Porque él (Pilato) sabía que le habían entregado por envidia.”

 

 

Segunda aliyá, 37:12-22

37:13b “Te enviaré a ellos. Y él les dijo. Iré” – Yosef fue enviado por su padre a los hijos de Israel. El estaba dispuesto a obedecer a su padre aunque implicaba el rechazo y el sufrimiento causado por ellos. Lo mismo pasó con Yeshúa, como está escrito en Lucas 20:13-15a:

 

“Entonces el dueño de la viña dijo: «¿Qué haré? Enviaré a mi hijo amado; quizá a él lo respetarán.» Pero cuando los labradores lo vieron, razonaron entre sí, diciendo: «Este es el heredero; matémoslo para que la heredad sea nuestra.» Y arrojándolo fuera de la viña, lo mataron.”

 

37:14 “Entonces le dijo: Ve ahora y mira cómo están tus hermanos y cómo está el rebaño; y tráeme noticias de ellos. Lo envió, pues, desde el valle de Jevrón, y Yosef fue a Shejem.” – La palabra hebrea que ha sido traducida como “cómo están” es “shalom”1[11] que significa “paz”, “bienestar”, “prosperidad”, “salud”. El Mesías busca el shalom de Israel, su paz, su bienestar, su prosperidad y su salud. El Mesías es el mensajero de Shalom para Israel, los que están cerca, como está escrito en Efesios 2:17:

 

“Y vino, y anunció paz a vosotros que estabais lejos, y paz a los que estaban cerca”

37:14b “fue a Shejem” – Shejem significa “hombro” y alude al madero puesto sobre los hombros de Yeshúa. En la búsqueda de sus hermanos israelitas en la misión de shalom tuvo que ir a Shejem, tuvo que morir en el madero.

37:16a “busco a mis hermanos” – Mashíaj vino para buscar y salvar a lo que se había perdido, las ovejas perdidas de la casa de Israel. En Mateo 15:24 dice:

 

“No he sido enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel.”

37:17b “Yosef fue tras sus hermanos y los encontró” – Después de haber estado en Shejem, que representa la muerte y resurrección, el Mesías se fue en búsqueda de los hijos de Israel hasta encontrarlos. Nosotros somos el resultado de esa búsqueda.

 

“y los encontró” – Todos los hijos de Israel serán encontrados por Mashíaj en los últimos días.

37:18b “tramaron contra él para matarlo” – Lo mismo con Yeshúa.

En Mateo 26:4 está escrito:

 

“Y tramaron entre ellos prender a Yeshúa con engaño y matarle.”

 

 

Tercera aliyá, 37:23-36

23b “Despojaron a Yosef de su túnica” – La túnica representa realeza y autoridad. No le reconocieron como el jefe que el Padre había puesto sobre ellos. Los hermanos de Yeshúa tampoco reconocieron su autoridad que tenía del Padre, como está escrito en Mateo 21:23:

 

“Cuando llegó Yeshúa al templo, los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo se le acercaron mientras enseñaba, diciendo: ¿Con qué autoridad haces estas cosas, y quién te dio esta autoridad?”

El Salmo 22:18 dice:

 

“reparten mis vestidos entre sí, y sobre mi ropa echan suertes.”

En Mateo 27:35 está escrito:

 

“Y habiéndole crucificado, se repartieron sus vestidos, echando suertes”

37:24a “lo echaron en el pozo” – El pozo simboliza la muerte, el abismo, cf Salmo 30:3 donde aparece la misma palabra hebrea “bor”.1[12] Según Rashí, era un lugar de escorpiones y serpientes.

Dos veces aparece la palabra pozo en la historia de Yosef, aquí y en 41:14 donde se tradujo como “cárcel o “calabozo”. La Torá muestra dos pozos en el relato de Yosef. El primero fue en la tierra de Israel y el segundo fue en la tierra de Egipto. Esto nos enseña que la muerte del Mesías ben Yosef fue para los hijos de Israel y también para el mundo entero, representado en Egipto.

 

37:25a “Entonces se sentaron a comer pan” – Justamente después de haber tirado a Yosef al pozo se sientan a comer pan. Aquellos judíos que habían entregado a Yeshúa para morir luego comieron la pascua por la noche como está escrito en Juan 18:28:

 

“Entonces llevan a Yeshúa de casa de Caifás al Pretorio. Era muy de mañana. Y ellos no entraron al Pretorio para no contaminarse y poder comer la Pascua.”

 

37:26-27 “Y Yehudá dijo a sus hermanos: ¿Qué ganaremos con matar a nuestro hermano y ocultar su sangre? Venid, vendámoslo a los ismaelitas y no pongamos las manos sobre él, pues es nuestro hermano, carne nuestra. Y sus hermanos le hicieron caso.” – Yehudá fue el protagonista en la venta de Yosef. Lo mismo pasó con el discípulo de Yeshúa llamado Yehudá, como está escrito en Mateo 26:14-16:

“Entonces uno de los doce, llamado Yehudá Ishk‟riotí, fue a los principales sacerdotes, y dijo: ¿Qué estáis dispuestos a darme para que yo os lo entregue? Y ellos le pesaron treinta piezas de plata. Y desde entonces buscaba una oportunidad para entregarle.”

 

37:28b “Pasaron entonces unos mercaderes midianitas, y ellos sacaron a Yosef, subiéndolo del pozo, y vendieron a Yosef a los ismaelitas por veinte piezas de plata. Y éstos llevaron a Yosef a Egipto.”

“sacaron a Yosef” – Habla de la resurrección.

 

“vendieron” – Yosef fue vendido por lo menos tres veces antes de llegar a Egipto. Los midianitas, los yishmaelitas y luego los medanitas, v. 36, representan los gentiles que entraron en la escena del programa de salvación del Eterno en relación con la resurrección del Mesías. Y como los gentiles estaban haciendo comercio con Yosef, también se están haciendo muchos comercios con Jesucristo hoy en el mundo.

 

Mashíaj fue vendido primero por Yehudá (Judas) y luego por el sanedrín a los gentiles. Así como los gentiles recibieron a Yosef los gentiles recibieron el mensaje del Mesías resucitado.

 

“a Egipto” – Mashíaj fue llevado al mundo gentil para llegar a ser rey sobre muchos de ellos.

37:31 “Entonces tomaron la túnica de Yosef y mataron un macho cabrío, y empaparon la túnica en la sangre” – Como Yaakov había engañado a su padre con las pieles de un macho cabrío, ahora es engañado por sus hijos con lo mismo.

Aquí vemos que hay una muerte sustituta en relación con la desaparición de Yosef. De la misma manera la muerte del Mesías es una muerte sustituta.

 

“macho cabrío” – Es el animal escogido por Elohim para todos los sacrificios por el pecado. La sangre del macho cabrío es la que más se parece a la sangre humana, según Rashí. También habla del animal que se usa en Yom Kipur, cf. Levítico 16.

 

“Empaparon la túnica en sangre” – habla de dos cosas:

– Mashíaj tenía que morir por causa del rechazo de sus hermanos.

– La muerte de Mashíaj es la base para su reinado, representado en la túnica.

Hay una conexión entre la sangre y el manto en Génesis 49:11; Isaías 63:2-3 y Revelación 19:13. La sangre habla del ministerio sacerdotal y el manto habla de realeza. El Mesías tiene ambos ministerios, cf. Salmo 110:4; Hebreos 7:1.

 

 

Cuarta aliyá, 38:1-30

38:1-2 “Sucedió por aquel tiempo que Yehudá descendió de sus hermanos, y visitó a un adulamita llamado Jirá. Y allí vio Yehudá a la hija de un kenaanita llamado Shuá; la tomó, y se llegó a ella.” – Yehudá había sido elegido para ser el padre de los reyes dentro de Israel, incluido el rey Mesías. Por lo tanto era muy importante que tuviera una situación familiar aprobada por el Eterno. Ahora se aparta y desciende espiritualmente de sus hermanos y se casa con una mujer de origen dudoso. Rashí cita el Tárgum que dice que era hija de un comerciante, puesto que la palabra “comerciante” tiene la misma raíz que “kenaanita”. Sin embargo el rabino Ibn Ezrá dice que efectivamente se casó con una mujer kenaanita. El pueblo kenaanita había sido maldecido por Noaj y por eso no era conveniente casarse con él.

 

38:7-10 “Pero Er, primogénito de Yehudá, era malvado ante los ojos del Eterno, y el Eterno le mató. Entonces Yehudá dijo a Onán: Llégate a la mujer de tu hermano, y cumple con ella tu deber como cuñado, y levanta descendencia a tu hermano. Y Onán sabía que la descendencia no sería suya; y acontecía que cuando se llegaba a la mujer de su hermano, derramaba su semen en tierra para no dar descendencia a su hermano. Pero lo que hacía era malo ante los ojos del Eterno; y también a él le mató.” – Según Rashí, la palabra “también”, en el versículo 10, muestra que murieron por la misma razón. Los dos desechaba su semen para que su esposa no se quedara embarazada. Según Rashí Er lo había hecho para que Tamar no perdiera su belleza. HaShem los mató a los dos. Tenemos que entender este hecho en relación con el Mesías. Estos dos hijos no calificaban para ser ancestros para el Mesías, y por lo tanto tenían que ser eliminados del programa de salvación para el mundo.

 

Como Yehudá había hecho sufrir a su padre por la pérdida de su hijo, al proponer su venta, ahora tenía que sufrir las consecuencias de la pérdida de sus dos hijos para sentir el dolor que había causado a su padre.

 

Es interesante que la ley de levirato1[13] fue practicada antes de la entrega de la Torá en Sinai. En Deuteronomio 25:5-6 está escrito:

“Cuando dos hermanos habitan juntos y uno de ellos muere y no tiene hijo, la mujer del fallecido no se casará fuera de la familia con un extraño. El cuñado se allegará a ella y la tomará para sí como mujer, y cumplirá con ella su deber de cuñado. Y será que el primogénito que ella dé a luz llevará el nombre de su hermano difunto, para que su nombre no sea borrado de Israel.”

 

Tenemos aquí otro ejemplo de mandamientos practicados antes de Sinai en el pueblo de Israel.

38:17a “El respondió: Yo te enviaré un cabrito de las cabras del rebaño.” – Ahora Yehudá es engañado por medio de un cabrito de la misma manera como él había engañado a su padre con la sangre de un macho cabrío,1[14] cf. 37:31.

 

38:18 “Y él respondió: ¿Qué prenda tengo que darte? Y ella dijo: Tu sello, tu cordón y el báculo que tienes en la mano. Y él se los dio y se llegó a ella, y ella concibió de él.” – Rashí cita el Tárgum que enseña que las tres cosas fueron: su sello, su vestimenta y su bastón. El sello habla de la personalidad, la vestimenta habla de la distinción y el bastón habla de la posición. La entrega de estas cosas es parecida a una boda y por eso un Midrash1[15] dice que se casaron en ese momento ante testigos. Otro Midrash1[16] dice que el anillo de sello profetiza acerca de los reyes que descenderían de esta unión, la capa alude al sanedrín quienes usaban Talít y Tefilín todo el tiempo, el bastón de pastor se refiere al Mashíaj que nacerá de la tribu de Yehudá. Más adelante hay una profecía que habla del cetro de gobernante en relación con Yehudá, cf. 49:10.

 

Tamar actuó con el fin de levantar una descendencia para que el Mesías pudiera nacer. Sus motivos eran puros pero su forma de actuar no era correcta. Sin embargo HaShem utilizó la situación para llevar a cabo sus planes, como siempre.

 

38:24 “Y sucedió que como a los tres meses, informaron a Yehudá, diciendo: Tu nuera Tamar ha fornicado, y he aquí, ha quedado encinta a causa de las fornicaciones. Entonces Yehudá dijo: Sacadla y que sea quemada.” – Según el libro de Yashar, Tamar era hija de Elam, hijo de Shem, hijo de Noaj. Como Shem era sacerdote con el título Malki-Tsedek, la sentencia de la fornicación cometida por Tamar era según la ley de Israel, como está escrito en Levítico 21:9:

“Y la hija de un sacerdote, si se profana como ramera, a su padre profana; en el fuego será quemada.”

Lo que dijo Yehudá no fue por una decisión caprichosa, sino según las normas que el Eterno entregó a sus hijos. Él dictó sentencia como un juez en Israel. Aquí hay otro ejemplo de un mandamiento que se practicaba antes de la entrega de la Torá.

 

Hay diferentes opiniones entre los rabinos en cuanto a si el hecho de Tamar tiene que ser considerado como adulterio o no, porque estaba comprometida con Shelá, el hijo menor de Yehudá, o como un acto de fornicación como hija de sacerdote. La pena por adulterio es por lapidación y si es una hija de un sacerdote comete fornicación la pena es ser quemada por fuego.

 

Ahora, hay una interpretación1[17] que dice que no se trataba aquí de quemar a Tamar por medio del fuego, sino de imprimir una marca vergonzosa en su cuerpo mediante un hierro candente. Aquí cabe destacar que en este texto no aparece la palabra “baesh”, “en el fuego”, que es usada en todas las demás referencias cuando habla de la pena capital por medio de fuego, cf. Levítico 20:14; 21:9. Esta interpretación es semejante a la ley de Hamurabi1[18] que dice en su apartado 126:1[19]

 

“ordena marcar a las esposas infieles en la frente con hierro candente”.

 

38:25 “Y aconteció que cuando la sacaban, ella envió a decir a su suegro: Del hombre a quien pertenecen estas cosas estoy encinta. Y añadió: Te ruego que examines y veas de quién es este sello, este cordón y este báculo.” – Ella no anunció el nombre de su suegro. No le acusó directamente para no avergonzarle. El Talmud1[20] dice:

“Dijo el Rabí Yojanán en nombre de Rabi Shimón bar Yojai: es mejor que la persona se arroje a un horno encendido antes de avergonzar al prójimo públicamente, y ello lo aprendemos de Tamar”.

 

38:26 “Yehudá los reconoció, y dijo: Ella es más justa que yo, por cuanto yo no la di por mujer a mi hijo Shelá. Y no volvió a tener más relaciones con ella.” – Según Rashí, hay que entender el texto hebreo como: “Razón tiene, de mí es”. La última frase significa: “de mí está embarazada”.

 

38:29 “Pero he aquí, sucedió que cuando él retiró su mano, su hermano salió. Entonces ella dijo: ¡Qué brecha te has abierto! Por eso le pusieron por nombre Pérets.1[21]” – Perets1[22] significa “brecha”.

Un Midrash1[23] dice:

“El es el salvador, el Rey Mashíaj… así que Yehudá salió ganando porque de él vino Pérets y Jetsrón, de quienes saldría luego David y el Rey Mesías quien salvará a Israel.”

En Rut 4:18-22 está escrito:

“Estas son las generaciones de Pérets: Pérets engendró a Jetsrón, Jetsrón engendró a Ram, Ram engendró a Aminadav, Aminadav engendró a Najshón, Najshón engendró a Salmá, Salmón engendró a Boaz, Boaz engendró a Oved, Oved engendró a Yishai y Yishai engendró a David.”

Otro Midrash1[24] dice:

 

“Ella quiso decir: Este es más grande que todos los que hacen roturas para quien tú te levantarás y de quien está escrito: „subirá el rompedor de los caminos delante de ellos‟”1[25]

En Miqueas 2:13 está escrito:

 

“El que abre brecha subirá delante de ellos; abrirán brecha, pasarán la puerta y saldrán por ella; su rey pasará delante de ellos, y el Eterno a su cabeza.”

El nacimiento de Pérets habla del Mesías que iba a nacer para abrir una brecha. En primer lugar vendría para hacer una brecha y destruir la muerte y el pecado.

El Dr. Dan ben Avraham escribe:

 

“En el caso de Adam, hacer “Tikún” significaría no fallar donde Adam falló y así rectificar el error de Adam. También significaría, por extensión, que allí donde la muerte se introdujo al mundo por el pecado de Adam, una vez hecho Tikún, la muerte sería eliminada.

 

Todo esto está íntimamente relacionado con el Mashíaj según fue visto en el Judaísmo en relación a Génesis 38:29 y Miqueas 2:13. Por ejemplo, en relación con este trabajo del Mashíaj relacionado con Tikún y revelado en Génesis 38:29 y su homólogo Miqueas 2:13 que nos dice que será el Mashíaj quien lo haría. Esto ha sido deducido por la opinión de nuestros maestros.

 

Por ejemplo, encontramos la siguiente enseñanza contenida en Shemot Rabbah 30.

Dice este comentario judío en relación a Génesis 38:29:

“Esta es la historia de Peretz y su profundo significado… Cuando el Bendito creó su mundo, no había aun el Ángel de la Muerte… pero cuando Adám y Eva cayeron en pecado, todas las generaciones fueron corruptas. Pero cuando PERETZ nació, la historia comenzó a ser cumplida por medio de él, pues a través de él, Mashíaj será levantado y en sus días, el Bendito causaría que la muerte fuese sorbida, como está escrito: “El destruirá la muerte para siempre” (Isaías 25:8).

Cuando leemos esto, inmediatamente recordamos lo que escribió Rav Shaúl. En Romanos 5:12 dice Pablo: “Por tanto, como el pecado entró en el mundo por medio de un hombre y por medio del pecado la muerte, así también la muerte (corrupción) pasó a todos los hombres”.

 

Pero luego Pablo escribió en 1 Corintios 15:21, 22, 26, 54: “Porque por cuanto la muerte vino por medio de un hombre, también por medio de un hombre la resurrección de los muertos. Porque así como en Adán todos mueren, así también en el Mashíaj todos serán vivificados… y el postrer enemigo que será destruido es la muerte… Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción y esto mortal de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: La muerte fue sorbida para victoria”.

 

Quiero hacer una pregunta aquí: ¿En qué lugar de la Escritura se dice: “La muerte fue sorbida para victoria” que Pablo cita como “palabra escrita”? La única referencia es Isaías 25:8 que dice: “Él destruirá la muerte”. Sin embargo, los profetas y rabinos interpretaron esa frase como significando que a través del Mashíaj que sería levantado por medio de PERETZ, se cumpliría la profecía de “La muerte será destruida para siempre” y que ese texto puede interpretarse como: “La muerte será sorbida”, es decir, tragada, masticada, quitada del medio.

 

¿Quién haría esta rectificación, este Tikún? La respuesta es: Mashíaj.

Por lo tanto, hay una relación íntima entre Mashíaj y Peretz en cuanto a la rectificación del pecado de Adam y su consecuencia, la introducción de la corrupción y la muerte… el Mashíaj tiene la misión de eliminar la corrupción y la muerte…”

 

Hasta aquí la cita.

En segundo lugar el Mesías vendría para abrir una brecha en el vallado que impedía a otros pueblos entrar en Israel, como está escrito en Efesios 2:14:

“Porque El mismo es nuestra paz, quien de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación”

El Mesías vino para abrir brecha en el muro de separación entre el judío y el gentil para que la salvación pudiera llegar hasta los últimos rincones del mundo y para que se cumpliera la palabra profética de bendecir a todas las naciones de la tierra por medio de la simiente de Avraham, Yitsjak y Yaakov, cf. Génesis 22:18; 16:4; 28:14.

Mashíaj es también capaz de romper aquellas murallas que impiden que la vida emocional de una persona sea tocada por el amor de Elohim.

 

 

Quinta aliyá, 39:1-6

39:2a “HaShem estaba con Yosef” – De la misma manera se dice de Yeshúa en Hechos 10:38 donde está escrito:

“Vosotros sabéis cómo Elohim ungió a Yeshúa de Natseret con el Espíritu de Santidad y con poder, el cual anduvo haciendo bien y sanando a todos los oprimidos por el adversario; porque Elohim estaba con El.”

En Juan 3:2 está escrito:

“Este vino a Yeshúa de noche y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Elohim como maestro, porque nadie puede hacer las señales que tú haces si Elohim no está con él.”

 

39:4 “Así encontró Yosef gracia ante sus ojos y llegó a ser su siervo personal, y lo hizo mayordomo sobre su casa y entregó en su mano todo lo que poseía.” – De la misma manera toda la casa del Eterno fue entregada al cuidado del Mesías, como está escrito en Hebreos 3:5-6:

 

“Y Moshé fue fiel en toda la casa de Elohim como siervo, para testimonio de lo que se iba a decir más tarde; pero el Mesías fue fiel como Hijo sobre la casa de Elohim, cuya casa somos nosotros, si retenemos firme hasta el fin nuestra confianza y la gloria de nuestra esperanza.”

 

39:5 “Y sucedió que desde el tiempo que lo hizo mayordomo sobre su casa y sobre todo lo que poseía, el Eterno bendijo la casa del egipcio por causa de Yosef; y la bendición del Eterno estaba sobre todo lo que poseía en la casa y en el campo.” – Como el gentil Potifar fue bendecido por causa de Yosef, así los gentiles son bendecidos por causa de Yeshúa el Mesías a pesar de que no siempre le identifiquan como el Mesías de Israel, y lo llamen “Jesucristo”.

 

39:6 “Así que todo lo que poseía lo dejó en mano de Yosef, y con él allí no se preocupaba de nada, excepto del pan que comía. Y era Yosef de gallarda figura y de hermoso parecer.” – Esto concuerda con Mateo 28:18-20 donde está escrito:

“Y acercándose Yeshúa, les habló, diciendo: Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos de todas las naciones, bautizándolos en mi nombre, enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado; y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.”

Rashí dice que la palabra “pan” es una expresión que en este caso se refiere a su esposa, cf. 39:9.

 

 

Sexta aliyá, 39:7-23

39:9 “No hay nadie más grande que yo en esta casa, y nada me ha rehusado excepto a ti, pues tú eres su mujer. ¿Cómo entonces iba yo a hacer esta gran maldad y pecar contra Elohim?” – Yosef resistió las tentaciones porque vivía delante de HaShem. Yosef constituye un contraste contra Yehudá, según el capítulo 38, que no podía resistir las tentaciones. De la misma manera el Mesías fue tentado en todo pero sin pecado, como está escrito en Hebreos 4:15:

“Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas, sino uno que ha sido tentado en todo como nosotros , pero sin pecado.”

En Hechos 2:25 está escrito:

“Porque David dice de El: VEIA SIEMPRE AL SEÑOR EN MI PRESENCIA; PUES ESTA A MI DIESTRA PARA QUE YO NO SEA CONMOVIDO.”

En el Salmo 16:8 dice:

“Al Eterno he puesto continuamente delante de mí; porque está a mi diestra, permaneceré firme.”

 

39:17 “Entonces ella le habló con estas palabras, diciendo: Vino a mí el esclavo hebreo que nos trajiste, para burlarse de mí” – Yosef fue llamado “esclavo hebreo”. Yeshúa también era un esclavo hebreo, como está escrito en Filipenses 2:7:

“sino que se despojó a sí mismo tomando forma de siervo, haciéndose semejante a los hombres.”

En Marcos 10:42-45 está escrito:

“Y llamándolos junto a sí, Yeshúa les dice: Sabéis que los que son reconocidos como gobernantes de los gentiles se enseñorean de ellos, y que sus grandes ejercen autoridad sobre ellos. Pero entre vosotros no es así, sino que cualquiera de vosotros que desee llegar a ser grande será vuestro servidor, y cualquiera de vosotros que desee ser el primero será esclavo de todos. Porque ni aun el Hijo del Hombre vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.”

 

39:20b “lo echó en la cárcel” – Como Yosef fue acusado falsamente y echado en la cárcel, el Mesías fue condenado a muerte injustamente.

 

39:23b “todo lo que él emprendía, el Eterno lo hacía prosperar.” – De la misma la voluntad del Eterno prosperó por medio de la muerte del Justo Mashíaj, como está escrito en Isaías 53:10:

“Pero quiso el Eterno quebrantarle, sometiéndole a padecimiento. Cuando El se entregue a sí mismo como ofrenda de expiación, verá a su descendencia, prolongará sus días, y la voluntad del Eterno en su mano prosperará.”

 

 

Séptima aliyá, 40:1-19

40:6-7 “Y Yosef vino a ellos por la mañana y los observó, y he aquí, estaban decaídos. Y preguntó a los oficiales de Faraón que estaban con él bajo custodia en casa de su señor: ¿Por qué están vuestros rostros tan tristes hoy?” – Como Yosef se preocupó por el bienestar de los egipcios, así el Mesías se preocupa por el bienestar de los gentiles. Primero busca el bienestar de sus hermanos israelitas, en 37:14, y aquí también el bien de los gentiles, como está escrito en Romanos 1:16:

“Porque no me avergüenzo de buen mensaje, pues es el poder de Elohim para la salvación de todo el que cree; del judío primeramente y también del griego.”

 

40:8 “Y ellos le respondieron: Hemos tenido un sueño y no hay nadie que lo interprete. Entonces Yosef les dijo: ¿No pertenecen a Elohim las interpretaciones? Os ruego que me lo contéis.” – No dicen que han tenido dos sueños sino un sueño. Esto nos indica que los dos sueños nos llevan al mismo mensaje profético, acerca de la muerte y resurrección del Mesías.

 

40:9 “Contó, pues, el jefe de los coperos su sueño a Yosef, y le dijo: En mi sueño, he aquí, había una vid delante de mí” – Yeshúa dice que él es la vid verdadera en Juan 15:1.

 

40:10a, 12 “y en la vid había tres sarmientos… Entonces Yosef le dijo: Esta es su interpretación: los tres sarmientos son tres días.” – Los tres días hablan de la resurrección del Mesías después de tres días.

 

40:11 “Y la copa de Faraón estaba en mi mano; así que tomé las uvas y las exprimí en la copa de Faraón, y puse la copa en la mano de Faraón.” – Tres veces es mencionada la copa en este versículo y en el versículo 13 la cuarta copa. Estas cuatro copas aluden a las cuatro copas de la celebración de Pesaj que recuerda la liberación de la muerte por medio de la sangre del Cordero. Los nombres de las cuatro copas son: kidush (santificación), juicio, redención y alabanza. La sangre de uvas representa la muerte del Mesías, cf. Génesis 49:11. Mashíaj tenía que beber la segunda copa de juicio, según Mateo 26:39; 20:22; Juan 18:11. La tercera copa que, en la mesa de Pesaj, se toma después de la cena del cordero asado, (que se comía cuanto había templo), es la que fue puesta en memoria de Yeshúa, como está escrito en Lucas 22:20:

“De la misma manera tomó la copa después de haber cenado, diciendo: Esta copa es la renovación del pacto en mi sangre, que es derramada por vosotros.”

40:13 “Dentro de tres días Faraón levantará tu cabeza, te restaurará a tu puesto y tú pondrás la copa de Faraón en su mano como acostumbrabas antes cuando eras su copero.” – El Mesías fue levantado de entre los muertos después de tres días y puesto en el lugar que tenía antes de la fundación del mundo, como está escrito en Juan 17:5:

“Y ahora, glorifícame tú, Padre, junto a ti, con la gloria que tenía contigo antes que el mundo existiera.”

 

Este texto también nos enseña que Mashíaj es el siervo del Rey Altísimo en los cielos en estos momentos. El está exprimiendo la sangre como sumo sacerdote delante del Padre, como está escrito en Hebreos 9:23-26:

“Por tanto, fue necesario que las representaciones de las cosas en los cielos fueran purificadas de esta manera, pero las cosas celestiales mismas, con mejores

sacrificios que éstos. Porque el Mesías no entró en un lugar santo hecho por manos, una representación del verdadero, sino en el cielo mismo, para presentarse ahora en la presencia de Elohim por nosotros, y no para ofrecerse a sí mismo muchas veces, como el sumo sacerdote entra al Lugar Santísimo cada año con sangre ajena. De otra manera le hubiera sido necesario sufrir muchas veces desde la fundación del mundo; pero ahora, una sola vez en la consumación de los siglos, se ha manifestado para destruir el pecado por el sacrificio de sí mismo.”

40:14 “Sólo te pido que te acuerdes de mí cuando te vaya bien, y te ruego que me hagas el favor de hacer mención de mí a Faraón, y me saques de esta casa.” – Por haber confiado en un hombre tuvo que pasar dos años más en la cárcel. Esa corrupción no se permite a los líderes del Reino. Dos años de cárcel merece esa actitud de manipulación, intentando usar un “enchufe, rosca, palanca, cuello”. Si no vas por la vía legal mereces dos años de cárcel según la justicia celestial.

Por otro lado podemos encontrar aquí una similitud con las palabras que aparecen en relación con la muerte del Mesías en Lucas 23:42-43, donde está escrito:

“Y decía: Yeshúa, acuérdate de mí cuando vengas en tu reino. Entonces El le dijo: En verdad hoy te digo: estarás conmigo en el paraíso.”

 

40:16 “Cuando el jefe de los panaderos vio que había interpretado favorablemente, dijo a Yosef: Yo también vi en mi sueño, y he aquí, había tres cestas de pan blanco sobre mi cabeza” – El pan simboliza al Mesías que nació en Bet-Lejem, “Casa del Pan”.

En Juan 6:35, 51, 58 dice:

“Yo soy el pan de vida.”

 

40:18 “Entonces Yosef respondió, y dijo: Esta es su interpretación: las tres cestas son tres días” – Los tres días hablan de la resurrección del Mesías.

 

40:19 “Dentro de tres días Faraón te quitará la cabeza de sobre ti, te colgará en un árbol y las aves comerán tu carne.” – Aquí vemos el anuncio de cómo el Mesías tenía que morir, colgado en un árbol.

 

40:20-22 “Y sucedió que al tercer día, que era el día del cumpleaños de Faraón, éste hizo un banquete para todos sus siervos, y levantó la cabeza del jefe de los coperos y la cabeza del jefe de los panaderos en medio de sus siervos. Y restauró al jefe de los coperos a su cargo de copero y éste puso la copa en manos de Faraón; pero ahorcó al jefe de los panaderos, tal como les había interpretado Yosef.” – Se cumplió la profecía que Yosef había dicho. De la misma manera se cumplió la profecía que Yeshúa dijo en Marcos 9:31, donde está escrito:

“Porque enseñaba a sus discípulos, y les decía: El Hijo del Hombre será entregado en manos de los hombres y le matarán; y después de muerto, a los tres días resucitará.”

El panadero murió, lo cual habla de la muerte del Mesías y el copero revivió, lo cual habla de la resurrección del Mesías. Estos dos sueños, que son contados como uno solo, fueron interpretados por Yosef que él mismo es una figura profética de Mashíaj ben Yosef, el Mesías sufriente.

El que no ve que Moshé habla de Yeshúa como el Mesías está ciego, como está escrito en Juan 5:46:

“Porque si creyerais a Moshé, me creeríais a mí, porque de mí escribió él.”

Y en 2 Corintios 3:14-16 está escrito:

“Pero el entendimiento de ellos se endureció; porque hasta el día de hoy, en la lectura del antiguo pacto el mismo velo permanece sin alzarse, pues sólo en el Mesías es quitado. Y hasta el día de hoy, cada vez que se lee a Moshé, un velo está puesto sobre sus corazones; pero cuando alguno se vuelve al Señor, el velo es quitado.”

 

En Lucas 24:44-47 está escrito:

“Y les dijo: Esto es lo que yo os decía cuando todavía estaba con vosotros: que era necesario que se cumpliera todo lo que sobre mí está escrito en la ley de Moshé, en los profetas y en los salmos. Entonces les abrió la mente para que comprendieran las Escrituras, y les dijo: Así está escrito, que el Mesías padeciera y resucitara de entre los muertos al tercer día; y que en su nombre se predicara el arrepentimiento para el perdón de los pecados a todas las naciones, comenzando desde Yerushalayim.”

 

En Juan 1:45 está escrito:

“Hemos hallado a aquel de quien escribió Moshé en la ley, y también los profetas, a Yeshúa de Natseret, el Hijo de Yosef.”

Querido lector: ¿Usted también lo ha hallado?

 

 

 

 

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